El domingo 31 de mayo de 1970, un terremoto de magnitud 7,9, con epicentro a 44 kilómetros al suroeste del puerto de Chimbote, afectó la ciudad de Yungay y otras ciudades cercanas como Huaraz y Carhuaz. Causó daños significativos en las infraestructuras y dejó un saldo de 70.000 fallecidos.

El terremoto y el aluvión fueron causados por la subducción entre la placa de Nazca y la Sudamericana en la zona de Perú - Chile. Finalmente, la ciudad de Yungay quedó sepultada, la parte superior de las cuatro palmeras de su Plaza de Armas fueron testigos de la catástrofe, convirtiéndose para siempre en un gran camposanto. Mientras que el pueblo de Ranrahirca, por segunda vez, quedó bajo los escombros a causa del aluvión.

El país estaba conmocionado. La ayuda internacional no tardó en llegar desde países vecinos así como de otros continentes. Precisamente se crearía cerca de este lugar la Nueva Yungay, donde se ubican los pocos sobrevivientes y que es conocida hasta ahora como “La Capital de la Solidaridad Internacional”.

La planificación es la mejor herramienta para hacer frente a los terremotos; la prevención es la clave. Durante el sismo, debe mantener la calma y cubrirse debajo de una superficie estable. Después de un terremoto, tome precauciones.

La fundación continúa difundiendo a través de sus redes sociales, Twitter e Instagram @Funvisis, y su página web www.funvisis.gob.ve, contenidos informativos que contribuyen a la alfabetización del pueblo venezolano de la realidad sismológica nacional.