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El último terremoto histórico y el primero instrumental
120 años del Terremoto de San Narciso
Caracas, 29 de octubre de 2020
Noticia

Prensa Funvisis (29.10.2020). - El 29 de octubre de 1900, a las 4:42 a.m., se produjo un fuerte movimiento en la ciudad de Caracas, conocido como el Terremoto de San Narciso por ser éste el día del santo, con una magnitud de 7,6.

Como consecuencia de este evento se contabilizaron 21 muertos y más de 50 heridos. Así mismo, hubo numerosos destrozos en la ciudad, así como en La Catedral, la Iglesia de San Francisco, Santa Capilla, San José, La Pastora, Las Mercedes, La Trinidad, Santa Teresa y Santa Rosalía. También sufrieron daños numerosos edificios públicos y casas particulares.

Por otra parte, en el Litoral Central, específicamente en Camurí, se produjo una grieta de 300 metros de largo, mientras que en Naiguatá se derrumbó totalmente la iglesia y se reportó un fuerte oleaje que afectó a Macuto, donde se cayeron los tendidos del telégrafo y numerosos derrumbes afectaron las vías del tren entre Caracas y La Guaira.

El sismo también se sintió en el resto del país. En Guatire, por ejemplo, se derrumbó el templo parroquial, la casa de gobierno, las oficinas del juzgado, el registro y 237 casas particulares. Guarenas también sufrió fuertes destrozos, donde 72 casas fueron seriamente dañadas.

Como consecuencia del sismo, se suscitaron numerosos efectos geológicos: deslizamientos, caídas de rocas, aludes sísmicos, eyecciones de arena y agua, entre otros. Igualmente, se reportaron daños en Valencia, Aragua de Barcelona, Barcelona, Píritu, Upata, El Callao, Ciudad Bolívar y San Fernando de Atabapo.

El evento fue seguido por más de 250 réplicas que se reportaron a lo largo de varios meses. Debido a estos acontecimientos, los habitantes vivieron por mucho tiempo en plazas y solares.

Para el momento que ocurre este terremoto, en Venezuela no existían instrumentos sismológicos; sin embargo, la gravedad de este sismo facilitó la adquisición de los primeros instrumentos de medición, quizás rudimentarios en función de la actual modernidad, pero de última generación para la época. Ello ha marcado un importante hito: el último terremoto histórico y el primero instrumental, posiblemente motivado a ser este quien lleve el honor de aparecer con datos precisos en el Catálogo Mundial de Edimburgo junto a otros sismos destructores.

1900 es ciertamente una frontera entre dos siglos, desde donde se fija la mirada sismológica -como ciencia en su propio rigor- en Venezuela, en relación con el contexto del momento, cosechando los primeros pasos de la instrumentación nacional.

Algunos autores han entendido esto a través de argumentos tan concretos como la existencia misma de los instrumentos y el tenue razonamiento que lleva a reconocer la diferencia fundamental entre la aceptación y la negación de los terremotos en Venezuela.

Casualmente, unos días antes del Terremoto de Caracas de 1900, el doctor Luis Ugueto Pérez, director del Observatorio Cagigal para el momento, habría solicitado a Agustín Aveledo (presidente del Colegio de Ingenieros) dotar al observatorio de termómetros de temperatura de la capa terrestre y sismómetros. Al respecto, Aveledo le envía al doctor Félix Quintero Paz Castillo, para entonces ministro de Instrucción Pública, una carta que decía: “le haría usted un gran servicio al Observatorio y en general al progreso de la ciencia en el país, si elevando esa solicitud al Jefe Supremo de la República (general Cipriano Castro), obtuviese la disposición para la compra, de por lo menos un buen sismógrafo”. Luego de elevar la consulta al presidente de la República, éste responde “proceda en cuanto antes, a la construcción de dicho sismógrafo”.

Adquiridos los dos primeros instrumentos en 1901, los mismos fueron instalados en los espacios de la Colina Quintana. Se trataba de un par de rudimentarios instrumentos, el Agamennone y el Ewing, conocidos en el observatorio como el “italiano y el “inglés”. Los mismos carecían de calibración y su registro era precario, lo cual hacía que trabajasen con fallas debido a sus limitaciones técnicas. Estos erráticos instrumentos, se descomponían luego de recibir una vibración por encima de su nivel estático, haciéndose necesario que los empleados los reinstalasen para que continuara su funcionamiento. Es así como el Terremoto de Caracas de 1900 cimentó los inicios de la instrumentación sismológica de Venezuela.

Funvisis recuerda que Venezuela se encuentra en un contexto geodinámico importante y complejo por la interacción entre la placa del Caribe y la Suramericana, lo que origina actividad sísmica en el territorio nacional. Y exhorta a la población venezolana a promover la cultura sísmica con el objetivo de reducir la vulnerabilidad de nuestras edificaciones y estructuras, ya que los sismos son eventos que se producen sin previo aviso, motivo por el cual debemos estar preparados para afrontarlos.

Asimismo, te invita a descargar, desde su twitter @SomosFunvisis, la colección completa de iconografías que ilustran qué hacer antes, durante y después de un terremoto; así como mantenerse bien informado visitando su página web www.funvisis.gob.ve y siguiéndolos en @Funvisis en Instagram.

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