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El sismo ocurrió el 03 de agosto de 1950

El Drama Tocuyano del Sismo de 1950
Reportaje

El sismo de El Tocuyo ocurrido el 3 de agosto de 1950, tuvo una magnitud de 6,3, siendo uno de los más destructivos del occidente del país en el siglo XX. El terremoto se suscitó a las 5:45 de la tarde, arrojó ocho muertos, 60 heridos, 250 casas destruidas y 700 muy dañadas. Igualmente, fueron destruidas haciendas y trapiches de caña. 80 por ciento de las casas fueron destruidas, la ciudad quedó en escombros.

La ciudad de El Tocuyo fue devastada por el violento terremoto. A las siete y media de la noche continuaban los temblores y el derrumbamiento de muchas casas que resistieron en parte la sacudida sísmica inicial, pero que después se vinieron abajo, debido a la continuidad constante de los temblores. En horas tempranas de esa noche la situación era confusa. Las autoridades tomaron inmediatamente cartas en el asunto y se enviaron toda clase de auxilios. La comunicación fue difícil, pues la primera casa en ceder al impacto del movimiento fue la de la estación de telégrafos.

El 50 por ciento de las casas de El Tocuyo quedaron agrietadas, inclusive el Templo, Casa de Gobierno y Salón de Lectura, así como varios negocios sufrieron pérdidas considerables. Luego del sismo la ciudadanía se encontraba en las plazas y calles de la población por temor a un nuevo temblor.

Sorpresa y tristeza tuvo este sismo en la población nacional y para los larenses fue una gran catástrofe. Ante la dolorosa tragedia de El Tocuyo, el país entero brindó todo su apoyo para tenderles la mano a los afectados. Una comisión especial del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social encabezada por el Dr. Antonio Martín Araujo y acompañado por varios médicos, entre ellos Darío Curiel, Pastor Oropeza y ocho enfermeras, salieron en avión desde el aeropuerto La Carlota rumbo a El Tocuyo, con motivo del fuerte sismo que flageló esa histórica ciudad.

Sorprendida y dilatada repercusión nacional tuvo la catástrofe sísmica ocurrida el pasado 3 de agosto en la ciudad de El Tocuyo. Para ningún venezolano y mucho menos parra ningún larense, el drama tocuyano pudo dejar de ser profundamente doloroso. Fue la destrucción total de uno de los más hermosos símbolos del pasado colonial, donde leyendas y recuerdos pervivían congelados en las formas arquitectónicas de las casas, y en la manera de vivir de sus habitantes.

Emoción dolorosa y hondos sentimientos de pesar embargaron a quienes querían a la ciudad de El Tocuyo. Es un hermoso paso que se va, es una morfología de la sociedad que se sepulta. El número de víctimas y heridos según los periódicos de la época alcanzaron un número reducido en relación a la magnitud física del sismo. Fue verdaderamente asombroso lo ocurrido, en efecto, pues toda la ciudad de El Tocuyo estaba en el suelo.

Días después, inició rápidamente la reconstrucción de la ciudad de El Tocuyo, con la entrega de un lote de 51 casas a un grupo de damnificados, las cuales fueron construidas por el Ministerio de Obras Públicas. Dichas viviendas fueron levantadas en la Avenida Morán, al noreste de la ciudad. En el acto de entrega estuvieron presentes el Mayor óscar Tamayo Suárez, Gobernador Civil y Militar de la ciudad; el Teniente Pedro Pérez Pereda, el doctor Armando Tamayo, representante de El Impulso, y numeroso público.

Dentro de las actividades que el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social desarrolló en las regiones afectadas por el sismo, en los estados Lara, Portuguesa y Trujillo, se tuvo especial cuidado en proteger a la población contra la aparición y desarrollo de enfermedades epidémicas. Dadas las condiciones creadas por el desplazamiento y constante movilización de los habitantes, debía temerse que la presencia de estas enfermedades diera origen a brotes epidémicos de consideración, favorecidos por esas circunstancias.

Pocas veces en la historia de Venezuela se le había presentado al urbanista un caso tan interesante como el de la reconstrucción total de una ciudad entera, con historia, tradición y economía y habitantes propios de la región.

En la ciudad larense se desplomaron el 93% de las casas y edificios; del 7 % restante solamente el 3% quedó en condiciones de ser habitadas. Aunque el sismo, según se desprende del informe llevado a cabo por miembros del Colegio de Ingenieros de Venezuela , alcanzó la intensidad de 9,5 de la escala, los destrozos fueron en proporción de mayor impacto. Dos factores influyeron en ello, primero la vejez y pobreza de los materiales empleados en la mayoría de las construcciones y segundo, la diversidad de los materiales empleados en las mismas.

Al desaparecer la población casi en su totalidad, dejaba libre el campo al urbanista para realizar un estudio total de reconstrucción, considerando la ubicación de la ciudad. En el caso de El Tocuyo, su razón de permanencia estaba desarrollado en función de factores sociales, históricos y humanos. Estos urbanistas decidieron reconstruir la ciudad en el mismo emplazamiento y conservar, hasta donde fuera posible, su carácter único y definido entre las demás poblaciones venezolanas.

Para lograr la permanencia de los habitantes en la región, tuvo que procederse a proporcionarles alojamiento. Esto se logró de una manera provisional, a base de aluminio y madera, con el tiempo de un mes y medio. Las actividades comerciales de El Tocuyo como centro de una zona densamente poblada, fueron emprendidas a base de créditos liberales a todos los comerciantes establecidos. Una vez alojados todos los habitantes de El Tocuyo y de los pueblos más afectados, se procedió al estudio de la reconstrucción definitiva.

Asimismo, la política de vivienda fue llevada a cabo por el Banco Obrero, el cual procedió de inmediato a construir todo un sector de viviendas y otorgar créditos a largo plazo a los propietarios para que construyeran en el sector comercial y en la zona de casas de habitación de construcción libre, de acuerdo a los planes de urbanización general de la población. Tal vez su reconstrucción total nos enseñó cómo podemos, con el esfuerzo de todos, mejorar y reconstruir muchas otras zonas de Venezuela, llenándolas de pueblos y ciudades planeadas sujetándose a normas y experiencias del urbanismo moderno.

 VS/mf

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