El miércoles 21 de febrero, el presidente de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), Dr. Roberto Betancourt A., firmó el acuerdo de alerta de tsunamis con la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (en inglés CTBTO, “Comprehensive Test-Ban-Treaty Organization”). De esta manera, Venezuela es el segundo país del Caribe y el vigésimo del Mundo en firmar este beneficioso acuerdo.

El CTBTO es una organización internacional que se establece tras la entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT en inglés), convención que prohíbe todas las explosiones nucleares por quien quiera que sea y en cualquier lugar, ya sea sobre la superficie terrestre, en la atmósfera, bajo el agua o bajo tierra. Esta organización posee un sistema único de vigilancia mundial que incluye más de 300 instalaciones y está diseñado para detectar explosiones nucleares en cualquier lugar de la Tierra. Esta red de vanguardia también puede identificar terremotos u otros fenómenos sísmicos que podrían causar un tsunami.

El acuerdo fue formalizado ayer con la presencia del secretario ejecutivo del CTBTO, doctor Robert Floyd, en la sede de la organización en Viena, y permitirá a Funvisis (ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz y parte importante del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos, SNGR) el acceso, en tiempo real, de los datos del Sistema Internacional de Vigilancia, incluyendo estaciones sismológicas principales, auxiliares e hidroacústicas, que monitorean el subsuelo y los océanos las 24 horas del día; estos datos se transmitirán en tiempo casi real lo que complementará la capacidad de preparación y respuesta del Servicio Sismológico Venezolano (SSV) en la futura y necesaria creación del Centro de Alerta de Tsunami de Venezuela para emitir alertas públicas más oportunas y precisas, salvando así más vidas con un SNGR más robusto.

El doctor Betancourt recordó que “Venezuela es un país que ha sido afectado históricamente por los potencialmente devastadores terremotos, incluyendo tsunamis, como el ocurrido en enero de 1929 a raíz del Terremoto de Cumaná de ese año que -con magnitud 7,0- afectó las costas de Cumaná, Manicure, El Dique, El Barbudo, El Salado y Pto. Sucre, por lo que estudiarlos y anticiparlos es indispensable”. Eventos como éste nos recuerdan que la planificación es la mejor herramienta para hacer frente a los terremotos y tsunamis; la prevención es la clave.

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