Hace 124 años, el 28 de abril de 1894 a las 22:15 Hora Local, ocurrió el Gran Sismo de Los Andes, uno de los terremotos más grandes de los que se tenga registro en la historia sísmica de la región andina y uno de los más fuertes ocurridos en Venezuela.

El movimiento telúrico estimado en magnitud 7, dejó alrededor de 300 víctimas y más de 21 mil personas damnificadas considerado  como una de las mayores tragedias sufridas por los habitantes de los andes venezolanos.

El Gran Sismo de Los Andes dejó en ruinas a las poblaciones de Santa Cruz de Mora, Zea, Mérida, Tovar, Mesa Bolívar, Lagunillas y Chiguará, entre otros pueblos.

Los efectos de este movimiento telúrico son:

Según Centeno Graü, el área de daños de este evento fue calculada en unos siete mil kilómetros cuadrados, abarcando desde Trujillo en Venezuela, donde se derrumbó la torre de la iglesia de San Francisco, hasta cerca de Pamplona en Colombia. En Santa Cruz de Mora sólo quedó una casa en pie y perdieron la vida más de 100 habitantes.

La inmensa mayoría de las casas y edificios en las localidades afectadas, quedaron total o parcialmente destruidos. Se estima que su epicentro ocurrió en el poblado de Chiguará donde el sismo fue más intenso.
En tramos del ferrocarril Santa Bárbara – El Vigía, los puentes y vías se doblaron y tomaron la forma de una “s”. Se produjeron grandes deslizamientos y aparecieron grietas en la desembocadura del río Mocotíes en Chama; en Bobures, Gibraltar y Santa María. En algunas zonas se secaron los manantiales y brotaron en sitios distantes.

La devastación fue tan impactante que el jefe supremo de la República, General Joaquín Crespo, envió ayuda económica para la reconstrucción de la región, ya que cuya situación fue considerada como una tragedia nacional.

En los días siguientes del Gran Sismo de Los Andes se produjo una tormenta de temblores que duró hasta el día cuatro de agosto de ese año.

Los sismos históricos como el que hoy recordamos, nos permiten testificar la vulnerabilidad de las construcciones. Lamentablemente, existe la posibilidad de que se repitan eventos de esta magnitud, circunstancia por la cual Funvisis recomienda aumentar la cultura de prevención sísmica, con el propósito de disminuir el efecto de los movimientos telúricos en la población venezolana.