LA REDUCCIÓN DE LOS DESASTRES NATURALES Y LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL: MITOS Y REALIDADES

Juan Murria
Ingeniero Consultor Miembro del Consejo Directivo de FUNVISIS
Asesor de la Comisión Nacional de Defensa Civil
Caracas, Venezuela

RESUMEN

Uno de los aspectos más relevantes de las actividades relacionadas con el Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales (DIRND), es la cooperación internacional. Cabe preguntarse, sin embargo, si este aspecto está siendo manejado adecuadamente por las organizaciones multilaterales y bilaterales en beneficio de la comunidad internacional.

Si bien hay que reconocer los importantes logros de la cooperación internacional en el ámbito de la reducción de los desastres naturales, también hay que aceptar que dicha cooperación presenta graves carencias y fallas tanto estructurales como coyunturales entre otras las siguientes:

- Influencia de los factores geopolíticos no siempre manejados con criterio objetivo (la "pequeña" vs la "gran" geopolítica).

- Orientación de la cooperación hacia la intervención, rehabilitación y reconstrucción en detrimento de la prevención y mitigación.

- Excesiva discrecionalidad por parte de funcionarios de nivel medio en organismos internacionales y regionales en lo que a la aprobación de proyectos y asignación de recursos se refiere.

Estos y otros aspectos no menos relevantes, parecen formar parte de una mitología que es conveniente contrastar con la cruda realidad de la cooperación internacional.

ACLARATORIA

Los conceptos y opiniones expresados en este trabajo son de la absoluta responsabilidad del autor y de ningún modo involucran ni a FUNVISIS, ni a Defensa Civil, ni a ningún otro organismo o empresa en la que el autor de este trabajo esté o haya estado involucrado.

INTRODUCCIÓN

La cooperación internacional (técnica, científica, económica, institucional, etc.) es uno de los aspectos más relevantes de las actividades desarrolladas en el marco de la Década Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRND). Lo que es menester investigar y evaluar es si dicha cooperación internacional está siendo llevada a cabo adecuadamente por las organizaciones multilaterales y bilaterales en aras del beneficio de las comunidades de los diversos países.

Sin desconocer algunos importantes logros de dicha cooperación internacional en la reducción de desastres naturales tenemos que aceptar que esta cooperación internacional adolece de graves fallas tanto estructurales como coyunturales.

Alrededor de la cooperación técnica internacional se han tejido una serie de mitos y creencias que es conveniente analizar y contrastar con la realidad.

ALCANCE

Si bien la naturaleza misma de este Seminario y la misma esencia del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales nos impiden cubrir los desastres tecnológicos y antrópicos, conviene mencionar aquí que las nuevas tendencias de la taxonomía de los desastres, es la de clasificar los desastres no tanto por su origen (natural, tecnológico, antrópico), sino por su predictabilidad y por su proceso desarrollo: de ocurrencia inmediata (predecibles o no) tales como terremotos, huracanes, explosiones, escapes de sustancias peligrosas o de desarrollo más o menos lento y generalmente predecible: erupciones volcánicas, desertificación, inundaciones. Dicho esto, seguiremos hablando de los desastres naturales (que en realidad no son tan naturales) pero recordando y teniendo en cuenta las tendencias taxonómicas arriba esbozadas.

Nos limitaremos en lo adelante a tratar someramente (las restricciones de espacio de esta ponencia así lo exigen) a los aspectos indicados en el resumen de la misma.

FACTORES GEOPOLÍTICOS

Si bien no hay nada objetable a la influencia que los factores geopolíticos tengan sobre cómo se asigna y distribuye la cooperación técnica internacional, se debe evitar a toda costa que la verdadera "política" a seguir por los entes donantes (organizaciones internacionales y regionales, países individualmente) no se convierta en "politiquería" y que los cambios en las tendencias geopolíticas a nivel mundial no incidan negativamente en una adecuada y racional distribución de dicha cooperación.

Dos ejemplos podrían servir para ilustrar este problema:

  • Los programas que la Unión Europea tenía en vigencia para África, Sureste de Asia y Latinoamérica hasta principios de esta década fueron violenta y repentinamente redireccionados hacia los países de la Europa Oriental luego de la destrucción del Muro de Berlín y de la finalización de la llamada Guerra Fría.
Como se dijo más arriba, es comprensible - aun cuando no necesariamente aceptable - que la Unión Europea haya redireccionado su apoyo hacia países más cercanos y, quizá, con una relativa ventaja como mercados potenciales pero no necesariamente a expensas del resto del llamado Tercer Mundo.
    La toma del control del Congreso Norteamericano a la par de la elección del Presidente Clinton trajo como consecuencia la eliminación o la drástica reducción de los programas de cooperación internacional que un poder ejecutivo republicano pero con un congreso demócrata venía llevando a cabo. Así las actividades de la USAid/OFDA, FEMA, USGS y otras agencias se vieran o borradas del mapa o drásticamente reducidas. Esta circunstancia también afectó a la mayoría de los países en desarrollo, en particular a América Latina.
Intervención y rehabilitación Vs. prevención y mitigación

Debido primordialmente a confrontaciones políticas, en Europa (Bosnia-Herzegovina, Croacia) y en África (Somalia Ruanda, Zaire, Congo) las agencias de ayuda internacional, tanto de las Naciones Unidas como las de la Comunidad Europea redireccionaron los recursos asignados a los programas de prevención y mitigación de los desastres naturales hacia los problemas de alimentación, salud y hasta de derechos humanos que se suscitaron no por desastres naturales ni tecnológicos sino por confrontaciones políticas, raciales y religiosas entre países vecinos con el consabido saldo de mortandad, enfermedad, hambruna y de reiteradas y dramáticas violaciones a los derechos humanos.

Sólo podemos esperar que el aparente fin o, al menos, disminución de estas confrontaciones hagan reflexionar a las organizaciones y países donantes y "exportadoras" de tecnología y que dichas reflexiones desemboquen en una revisión de la tendencia en beneficio de programas de cooperación orientados hacia la prevención y mitigación de los desastres naturales.

Discrecionalidad en la asignación de recursos

Si bien es muy poco lo que se ha hablado en foros tanto nacionales como internacionales sobre la discrecionalidad de los funcionarios, generalmente de nivel medio, en la asignación de recursos es, en opinión del autor, un secreto a voces en las conversaciones de pasillo de dichos foros. El problema parece radicar en que nadie se atreve en "ponerle el cascabel al gato". No hay duda de que existen grupúsculos de funcionarios en algunas organizaciones internacionales responsables de la asignación de recursos para programas de cooperación internacional cuya labor deja mucho que desear, tanto por la desigual y a veces interesada distribución de dichos recursos, sino porque - y quizá esto sea aun más grave - por la tendencia de apoyar programas de cooperación internacional diseñados más para satisfacer los intereses de dichos funcionarios ( que siguen o no políticas impuestas "desde arriba") que para el beneficio de los países recipientes de la ayuda financiera y/o técnica y científica que dichas agencias preconizan.

No sería de extrañar que este estado de cosas haya sido uno de los factores de la reciente campaña de la Organización de las Naciones Unidas orientada a aumentar la eficiencia de sus actividades a través de - entre otras - las medidas orientadas a una considerable disminución la burocracia imperante.

CONCLUSIONES

En esta ponencia nos hemos limitado a analizar - muy someramente - sólo algunos de los aspectos de los de los mitos y realidades de la cooperación técnica internacional.

Aspiramos que esta ponencia sea un comienzo de una campaña orientada a racionalizar la cooperación técnica internacional. Esta campaña debería ser un objetivo común tanto de las organizaciones internacionales , regionales y países donantes por un lado y por el otro, nosotros los integrantes de esta sufrida comunidad que ya comienza a conocerse con el neologismo de moda: los desastrólogos.